viernes, 15 de junio de 2012

Cierrabares

-La época dorada y las antiguas batallitas tardan poco en desvanecerse.
Eso era lo que contaba el borracho del bar sobre la barra al camarero, que pasaba la bayeta delineando el contorno de su barbilla, apoyada contra el borde.
El camarero escucha, sin prestar del todo atención.
Le alarga una tarjeta.
-Siempre puedes dejarte caer por este otro lugar...

Ahora me siento un poco como ese camarero. Esto casi que se cierra sólo. De vez en cuando paso a ver qué tal va todo, o a leer alguna cosa en algún otro blog (sobre todo ahora en exámenes, que me relaja).
Si alguien pensó alguna vez que aquí se destilaban buenas letras, siento comunicar que nunca lo creí así.
Sin embargo, me ha encantado siempre que me presten atención. Y escribir para vaciarme.
Así, alargo esta tarjeta:


Siempre puedes dejarte caer por este otro lugar.


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